martes, 19 de julio de 2011

NOTA PROFUGA


Saber que vivo en un paraíso, me inspira.
Sentir esta maravilla amenazada, me sobrecoge.
Se llenan páginas hablando de asesinatos en el Sur.
Todos asociados a la codicia. Si no es la Coca, son las minas de metales preciosos, o las pirámides.
La misma angurria disfrazada de búsqueda de prosperidad, de ser más "vivo" que mi hermano.

Este viernes iré a escuchar los resultados de la última investigación sobre violencia en el Sur... en mi Nariño (El CINEP me ha invitado).

Al final se volverá a revelar la misma fotografía, cada vez más tétrica, mas descompuesta;
pero igual será otro Denuncio... como siempre...no escucharé ningún Anuncio.

Nadie se atreverá a decir que necesitamos legalizar la Coca para, por lo menos, "regular" la Codicia.
¿Alguien dirá que este Sur lastimado hasta sus tuétanos no puede recibir otro monstruo? (ahora la minería de muerte)
Nadie dirá que queremos una minería de la alegría, de los aromas que excitan al amor entre hermanos.

Nadie anunciará que la única vieja monstruosa y pestilente que merece morir es: La Codicia

lunes, 18 de julio de 2011

POR UN FÚTBOL MAS JUSTO Y SIEMPRE BELLO




Siempre que viene el Valledupar FC a Pasto, todos los jugadores corronchos se meten en el arco a esperar el empate. Si por excepción salen es para tirarse al suelo a llorar y esperar que el árbitro coma cuento, y suspenda el juego para atenderlos y perder largos minutos de juego. Y el Pasto se desespera, patea, llega, vuelve a llegar, le pegan los tiros en los palos, lanza córner, tiros libres, es decir todo el arsenal habido y por haber.

Es como si se repitiera el asedio contra Troya que duró diez años sin que los griegos pudieran vencer a pesar de tener a sus enemigos rodeados por todo lado.
Solamente cuando usaron el arte, en ese caso el teatro y en un acto histriónico fingieron su retirada y dejaron disque de regalo un gigantesco caballo de palo lleno de tropa, pudieron aprovechar; entraron de la mano de sus propios rivales a la fortaleza, cogieron chumados a los troyanos que festejaban por anticipado el retiro de los griegos y… los derrotaron. De lo contrario… ¡Nada!
Esta historia es buenísima. Pero ya se la sabe todo mundo. Sobre todo quienes compiten por derrotar a un contrario. Por eso: ¡no sirve como estrategia para derrotar a los corronchos del Valledupar FC!
Y es que un combate es un juego dialéctico. Juego de contrarios. El Escudo y la Espada. El ataque y la defensa. El usar solo un recurso en exclusiva por cuenta de un oponente (solo la defensa p.e) anula la belleza de la dialéctica, de la acción creativa que genera el nacimiento de seres nuevos que es justo el producto más valioso de la confrontación cuando se hace sin trampas.
El fútbol a escala mundial (de manera patética se ha visto en el actual Sudamericano) se precipita casi sin remedio por el barranco del resultadismo que ya encontró la fórmula para derrotar la creatividad y la belleza: Dedícate solo a la defensa y tienes más chance de ganar.
El fútbol es un dinosaurio a punto de ser extinguido por el meteorito del resultadismo estrecho.
Urge una gran cirugía a la lógica de las actuales reglas del fútbol. Qué tal si se toma lo que nos enseña el boxeo, que es un deporte más viejo, mucho más viejo y por supuesto con mayor sabiduría que el fútbol: No solamente se puede ganar por KO (los goles en el fútbol). También se puede y se debe ganar por puntos.
Deberían tener una puntuación los palos, las llegadas al arco, los córners. En el boxeo, valen también los golpes bien dados, no solamente los KO.
Si esto se diera, el Pasto le metería por lo menos una docena de goles o de puntos a los corronchos de Valledupar FC cada vez que vienen desde el Guatapurí a las faldas de Urcunina.

Jaime Armando Rodríguez Torres