miércoles, 15 de julio de 2009

EL MIRANCHURITO Y EL REY MIDAS



















El Miranchurito y el rey Midas
(La negación del tacto)


El Miranchurito anda muy contento… por fin levantó novia.

Un día, al amanecer, llega a la ventana de su mejor amigo el Rey Midas a cantar muy afinado. En medio de su hermoso canto observa que el Rey no ha podido dormir toda la noche. Entonces interrumpe su melodía y le dice:
— Poderoso rey… ¿Porque estás triste?
— Quise comerme este rico choclo con fritada y al tocarlo… ¡se me convirtió en oro! , le responde el Rey muy amargado.
— No puedo gozar nada de lo que me hace feliz,… ¡Que piedra! Todo lo que toco se convierte en oro. Ni siquiera tu fino canto me trae consuelo.
El rey se soba los ojos que le arden por la falta de sueño y pregunta:
— Ahora dime tú ¿Porque en esta mañana cantas más bello que todos los días?
— Es que por fin conseguí novia, le dice el ave. Es la Mirachurita que vive en ese árbol de Manduro. Después de cantarle una melodía nueva que compuse me dijo: “¡Listo! Bueno desde ahora soy tu novia. Te acepto”. Pero es que ella ya sabía que yo también ya podía buscar agua pura y las semillas frescas para alimentarnos. Todo esto porque mis papás me enseñaron y yo aprendí. También aprendí a seleccionar ramas fuertes y perfumadas y a construir el nido para cuando nos fuéramos a vivir solos con mi novia y sobre todo aprendí a cantar y a inventarme nuevos cantos para enamorar a mi pajarita. Y todo me ha dado resultado.
— Ya vez gran rey Midas, ¿Cómo no voy a estar feliz?

El Rey, está a punto de llorar de la emoción al escuchar esta bella historia de amor, felicidad, de aprendizaje y de creatividad sin hacer daño a nadie. Embriagado de ternura, estira las manos para mimar cariñosamente y felicitar al Miranchurito que ahora se encuentra distraído pensando en su novia.
El rey extiende su mano efusiva. Pero apenas alcanza a acariciar al hermoso pajarito, un grito desagarrado de dolor retumba en todo el palacio.

— ! Hay desagraciado de mi ¡ !Que hice… he convertido al Miranchurito en estatua de oro ¡ Grita horrorizado y descontrolado el Rey.
— !Como puedo ser tan bruto, como es que no me di cuenta ¡ ¿ Que hago ahora…por Dios… que hago ?

***
Pasan las horas y pasan los días. El rey se sume en la más grande depresión. No escucha a nadie. Pero un atardecer recibe una visita especial en su ventana. Es como una lucecita muy tenue que le dice “tu mismo debes perdonarte porque no lo has hecho con mala intención “. Pronto empieza a sentirse motivado, por fin reconoce la dulce voz y sale de su ensimismamiento. De repente está lúcido, ha vuelto a la sensatez. Ya en uso de todos sus sentidos, exclama agitado:
— ! Miranchurita, que emoción tan grande verte ¡…!Dios esto es un milagro¡
En efecto quien ha vuelto a consolar al rey, es la novia del Miranchurito. Con gran nobleza le dice que ha cometido una falta pero, esta vez, de buena fe y debe ser perdonado. Conversan mucho sobre el perdón. Se hacen amigos, se consuelan. Ella pide que le cuente de su encantamiento. “Fue Jacanamenoy—le relata el rey—. El es un taita brujo. Vive en el Valle de Sibundoy; lo hice traer a mi palacio, a la fuerza, para probar si tenía poderes. Ante mi presencia, para demostrar su hechicería, me retó a que yo pidiera un solo un deseo, del cual no podría arrepentirme. Llevado por la codicia le pedí que todo lo que tocara se convirtiera en oro. El invocó sus dioses me dio el poder y desapareció por siempre. En principio todo era dicha porque satisfacía mi codicia a todo momento. Pero al poco tiempo caí en desgracia lo que amaba, al tocarlo…lo asesinaba”.

Enterada del hechizo de Jacanamejoy, vienen a la memoria de la Miranchurita, las historias que ella conoce de este taita Chamán. Se acuerda que es un Amauta muy bondadoso, que se inventó el Carnaval del Perdón, celebrado cada año en el Valle del Sibundoy y en donde todos se perdonan colectivamente sin importar la falta cometida. Cuando tiene total claridad de sus recuerdos exclama con júbilo:
— ¡Ya está , lo tengo ¡ vamos a traer al taita Jacanamejoy, pero por la buenas y le rogamos, le pedimos perdón… le recordamos que se inventó el Carnaval del Perdón, y le imploramos perdón para el rey. Yo me encargo de todo. Voy volando.

Y así fue. A los pocos días regresa la Miranchurita. Trae a Jacanamejoy al palacio. El Taita ya está enterado de todo y tiene una decisión. De tal manera que lo único que quiere hacer ante el rey es cumplir con su papel de Amauta, de sabedor.
— Que bueno gran rey que por tu propia experiencia hayas aprendido que la codicia y el poder mal ganado a la larga, traen desgracias y dolor. Mejor aún que hayas conocido que las pequeñas tareas, las bienhechoras enseñanzas de los padres, bien aprendidas, los actos creativos, traen felicidad y amor sin causar daño a nadie. Hoy traigo una gran alegría al enterarme que el Miranchurito aprendió lo que le enseñaron sus papás y usó su creatividad para mejorarlo, como debe ser, y con esto consiguió enamorar a su Miranchurita para ser feliz. Allí es donde yo encuentro que la educación sirve para algo en la vida…allí se justifica — prosiguió iluminado por un rayo de luz el gran taita— ¡Eso es lo que se llama Educación Pertinente ¡
Si así enseñaran lo maestros en todas las escuelas y colegios, el mundo sería otro…Sería feliz.
—Yo conozco un lugar en donde los profesores tratan de hacer esto porque creen que “Otro mundo es posible”—le interrumpe la Miranchurita.
— Despuecito me cuentas—le dice Jacanamejoy— porque ahora, a continuación de mis enseñanzas quiero desencantar al Rey Midas y volver a la vida a tu Miranchurito para que puedas darle besos y abrazos.
Y así lo hizo. Entonces el palacio estalló de la alegría. Todos aprendieron las enseñanzas y se regocijaron.
En medio de la algarabía Jacanamejoy quien conversa con el rey Midas llama a la Miranchurita a preguntarle:
— ¿Ahora si dime cual es lugar donde los maestros están tratando de enseñar con pertinencia?
— Es en el barrio en donde nosotros vivimos…en el Chambú. Dice la Miranchurita.
Conocido esto el Taita se despide se todos… me voy para mi Maloka, dice.
Ya en la puerta del palacio, clava su mirada en los ojos al rey Midas y en tono de burla le dice
— ¿Ahora te quedan ganas de pedir otro deseo?
— ¡Si señor ¡ dice el Rey.
— Cual, pregunta boquiabierto Jacanamejoy
— ¡Estudiar en el Chambú ¡ responde el Rey Midas.
***

1 comentario: